El trabajo, publicado en la revista The Journal of Neuroscience, señala que en diferentes estadios del desarrollo neuronal se observan distintas concentraciones de isoformas de la proteína Tau, y se ha demostrado que las alteraciones en sus proporciones relativas están relacionadas con algunas enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson o la demencia.
Según señala la investigación, la función de la proteína Tau está relacionada con su unión a los microtóbulos. “Las neuronas producen varias formas de Tau, especialmente 2 llamadas 3R y 4R. Durante el desarrollo hay niveles muy altos de 3R y muy bajos de 4R, pero que alcanzan una proporción de 50 y 50% en el cerebro adulto”, ha apuntado Tomás Falzone, investigador adjunto del CONICET y coordinador del trabajo.
Los autores del estudio señalan que han constatado que cuando hay una enfermedad neurodegenerativa se produce un desbalance de las proporciones de estas proteínas. Desde el CONICET apuntan a mutaciones genéticas como causa de este desajuste en las proteínas. “Las mutaciones genéticas influyen sobre los mecanismos de regulación y hacen que haya más de una que de otra”, señala Elena Avale, investigadora y coordinadora del estudio.
“Durante la investigación encontramos mecanismos afectados por el desbalance entre las formas de Tau, que pueden explicar por qué frente a ciertas mutaciones genéticas se desencadena el proceso neurodegenerativo. Este conocimiento, producto de la investigación básica, podría contribuir a desarrollar una terapéutica a futuro”, concluye.