La gripe es una infección viral aguda que provoca complicaciones. En función de su gravedad, puede requerir la hospitalización de la persona. Sin embargo, la Organización Panamericana de Salud (OPS) asegura que pocos pacientes reconocen su gravedad y la confunden con un resfriado. No obstante, esta organización recuerda que cada año la gripe causa 772 000 hospitalizados y entre 41 000 y 72 000 fallecidos, solo en la región de las Américas.
Asimismo, desde la OPS informan de que la forma más eficaz de prevenir las complicaciones graves es con la vacunación. Existe una vacuna con una efectividad moderada, pero que contribuye a reducir casos y complicaciones. Estiman que solo la mitad de la población en riesgo se le aplica cada año en los países de la región que reportan datos. De hecho, en un artículo publicado en el último boletín de inmunizaciones de la OPS, expertos de la entidad explicaron 5 mitos y las verdades sobre la gripe y la vacuna para prevenirla.
La gripe es parecida a un resfriado
Mito falso. La gripe estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre, tos, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza, y puede presentar complicaciones graves que requieren de hospitalización e incluso causar la muerte en personas con alto riesgo. Los resfriados son causados por otros virus y suelen presentarse como secreción nasal, irritación en la garganta y quizá fiebre.
La gripe puede ser una enfermedad muy grave y mortal
Mito verdadero. Hay grupos de la población que tienen más riesgo de sufrir complicaciones por la gripe: embarazadas, niños menores de 5 años, gente mayor de 65 años y personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades pulmonares y cardiacas. A veces niños y gente joven sin factores de riesgo también pueden presentarlas.
Por otro lado, estudios muestran que pacientes hospitalizados con gripe, que no han sido vacunados, tienen entre 2 y 5 veces más riesgo de morir que aquellos que han sido previamente vacunados. El personal de salud, dada su exposición a los pacientes, corre mayor riesgo de infectarse y de transmitir la enfermedad. Por este motivo, su vacunación es fundamental.
La vacuna puede causar la infección por gripe
Mito falso. Las vacunas contra la gripe se usan desde hace décadas, son seguras y no causan la gripe. Ninguna de los 2 tipos de vacunas existentes -la que se administra con un pinchazo y contiene virus inactivados, o la que se aplica por espray nasal y contiene virus atenuados-, pueden producir la enfermedad.
Después de vacunarse, el cuerpo necesita alrededor de 2 semanas para estar protegido, tiempo durante el cual la persona puede contraer la gripe u otros virus respiratorios con síntomas parecidos, y creer erróneamente que contrajo la gripe de la vacuna.
Los eventos adversos de la vacuna son graves
Mito falso. Como cualquier vacuna o medicamento, existen eventos adversos a la vacunación de gripe. Sin embargo, los eventos adversos más frecuentemente relacionados con la vacuna son leves, y se trata de dolor y enrojecimiento en el sitio de inyección.
La vacuna de la influenza no es efectiva
Mito falso. La efectividad de la vacuna, es decir, la protección que brinda, suele ser moderada (del 40 al 60%) y varía cada año. Su efectividad también varía según la edad, el estado de salud y si los virus que circulan son similares a aquellos para los que protege la vacuna. La vacunación de las embarazadas es clave para proteger al bebé, dado que la vacuna no se recomienda en niños menores de 6 meses.
En la temporada de gripe 2017-18 en Estados Unidos, se estimó que la vacuna evitó 7 millones de casos, 109 000 hospitalizaciones y 8000 muertes relacionadas con la gripe. Asimismo, la evidencia sugiere que, si una persona se vacuna frente a la gripe y se contagia, la enfermedad será menos grave que si no se hubiera vacunado, lo que puede evitar complicaciones, hospitalización y hasta la muerte.
Recomendaciones
La Organización Panamericana de Salud recomienda la vacunación anual en embarazadas en cualquier fase de la gestación, niños de 6 meses a 5 años, mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas y profesionales sanitarios. Asimismo, la entidad aconseja medidas de protección personal como lavarse las manos y secárselas bien, mantener una buena higiene respiratoria, cubriéndose la boca y la nariz al estornudar. También recomiendan aislarse en caso de malestar, fiebre y otros síntomas. Por último, sugieren evitar el contacto con personas enfermas y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.