El estudio se hizo con datos de más de 400.000 adultos norteamericanos, y concluyó en que la obesidad aumentaba entre 4 y 5 veces más si la altitud era baja. Esto se analizó comparando a los sujetos con otros que vivían a 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Tal y como dijo el especialista en Medicina Aeroespacial, los militares que habían sido trasladados a zonas de una altitud elevada contaban con menos posibilidades de tener obesidad. Este patrón se repetía en la población civil que vivía en el mismo lugar de residencia que los militares.
La hipoxia puede ser la causa de que disminuya la ingesta de alimentos y, por esta razón, se pierda peso. Los autores de la investigación trataron de analizar a la población con sobrepeso para averiguar quién estaría en riesgo de progresión de enfermedad. La obesidad es, por tanto, una de las grandes preocupaciones para el Ejército estadounidense, porque amenaza la capacidad operativa de las tropas y el personal cualificado.