Muchos departamentos de urgencias han adoptado estrategias de atención para identificar, tratar y mejorar la gestión de la sepsis. Dichas intervenciones han demostrado disminuir la mortalidad en estos pacientes, según sugieren los autores del estudio.
Los investigadores disponían de datos de 914 pacientes de los que 358 tenían sepsis grave. De ellos, 84 pacientes (23,5%) tuvieron una transferencia inesperada a la UCI dentro de las 48 horas siguientes a su admisión. Un grupo control que tenía sepsis severa ingresó en unidades distintas a la UCI. Los autores elaboraron un análisis de regresión univariante y multivariante para identificar predictores de transferencia inesperada a la UCI, entre ellos, la admisión hospitalaria nocturna.
La demografía y la carga de comorbilidad basal fueron similares tanto en los pacientes que requirieron una transferencia a la UCI como aquellos que no lo necesitaron. Un lactato superior o igual a 4 mmol/L, el lugar de la infección y la admisión hospitalaria nocturna fueron los principales predictores que se asociaron con una transferencia inesperada a los servicios de la UCI.
Las conclusiones del estudio indican que los pacientes con sepsis o shock séptico que fueron trasladados a la UCI desde urgencias tenían el mismo riesgo de mortalidad (25%) que aquellos que ingresaron en la UCI desde el inicio (24,6%), a pesar de las posibles diferencias en síntomas menos severos entre unos y otros. La admisión hospitalaria nocturna fue uno de los principales motivos de transferencia a la UCI.