Para ello, se examinó a un centenar de deportistas de entre 12 y 19 años; 66 eran hombres y 36 mujeres. Se fijó un grupo de control compuesto por deportistas de natación, considerado deporte simétrico; el segundo grupo estaba formado por gente que practicaba esgrima y bádminton, que se consideran asimétricos.
Los deportistas fueron examinados siguiendo un método cegado por 3 especialistas diferentes que usaron el mismo protocolo. El 94% de los deportistas presentó algún tipo de alteración estructural y/o postural en los exámenes médicos preparticipación deportiva. No se encontró correlación significativa entre los diferentes deportes y las distintas alteraciones.
La investigación muestra una alta prevalencia de variaciones estructurales en los adolescentes que practican deporte de alto nivel. Sin embargo, los investigadores no han encontrado relación entre practicar un deporte asimétrico y la prevalencia de escoliosis u otra alteración músculo-esquelética.