Esta conclusión se ha extraído de un estudio realizado en 2.363 personas de 60 años, con un seguimiento durante un periodo de 7 años. Concretamente se observó que aquellos que ocupaban puestos altos tenían un 34% menos de riesgo de muerte en comparación con aquellos que tenían puestos más bajos y menos exigentes.
El equipo de investigadores de Indiana University's Kelley School of Business pudo comprobar que las personas que tienen un mayor grado de control sobre las acciones y medidas de su puesto de trabajo convertían el estrés en actividades útiles y productivas. Un trabajo estresante se convertía así es un trabajo energizante, en lugar de debilitante y que, en ocasiones, es motivo de absentismo laboral en España.
“Aquellos puestos de trabajo estresantes utilizaban este estrés para encontrar maneras de resolver problemas y de que el trabajo saliera adelante. Tener control sobre tu puesto te permite tener los recursos para afrontarlo”, explicó Erik González- Mule, profesor de comportamiento organizacional y recursos humanos.
Los hallazgos sugieren que los trabajos estresantes tienen consecuencias negativas para la salud de los empleados cuando se combina con bajos niveles de libertad en la toma de decisiones mientras que los puestos estresantes que disponían de capacidad para decidir sobre su propio trabajo resultaban beneficiosos para los empleados.
“Se puede evitar las consecuencias negativas para la salud si se permite a los trabajadores fijar sus propias metas, establecer sus propias fechas de entrega y horarios, y dar prioridad a la libertad en la toma de decisiones”, según matizó González-Mule.
Añadió que las empresas deben permitir que “los empleados tengan voz en el proceso de establecer objetivos, por lo que cuando a un empleado se le dice lo que tiene que hacer debe de proponerse más como una conversación bidireccional en la que el empleado pueda participar y decidir”.
Además, estas relaciones actuaban directamente sobre su índice de masa corporal (IMC). Aquellos que tenían capacidad de decisión en su puesto de trabajo tenían menos sobrepeso que aquellos con cargas pesadas y sin esta capacidad.
“Cuando no tienes los recursos necesarios para hacer frente a una carga laboral exigente, es posible que hagas otras cosas como comer más, o fumar más para compensar esta carga”, detallaba el profesor. El estudio, que se publicará en la revista Personnel Psychology, revelaba que el 26% de las muertes ocurrían en los puestos de primera línea en comparación con el 32% en puestos similares, pero con bajo control de las acciones y medidas de su propio puesto.