La organización subraya que el dolor crónico se ha convertido en uno de los problemas de salud crónicos en la población adulta más prevalentes y de máxima repercusión social, tal y como aparece en el último Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2016. A su vez, Semergen señala que la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica el dolor crónico como la mayor amenaza para la calidad de vida a nivel mundial, suponiendo un coste del 3% del producto interior bruto en Europa.
La sociedad indica que, en España, el dolor crónico representa la principal causa de absentismo laboral y supone el 50% de las consultas de Atención Primaria. Además, un 32% de la población adulta reconoce sufrir algún tipo de dolor, aunque solo un 27% se diagnostica, alcanzando la máxima prevalencia entre los 45 y los 54 años, con un 32% en varones y un 60% en mujeres.
La organización explica que el dolor crónico, por norma general, no tiene cura. De la misma manera, Semergen señala que existen tratamientos que pueden mejorar la calidad de vida del paciente. Estas terapias incluyen medicamentos, acupuntura, estimulación eléctrica y cirugía. Otros tratamientos incluyen psicoterapia, relajación y meditación, biofeedback y técnicas de modificación de la conducta.