El Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid (UVa) ha desarrollado un fármaco experimental, más pequeño y permeable, para el tratamiento del ojo seco. El medicamento, aún en fase muy preliminar, se basa en la selección de un péptido concreto de la trombospodina-1; es decir, suplementa la proteína implicada en la inflamación solo con la parte esencial de la misma.
“El ojo seco es una enfermedad ocular derivada de la alteración de la composición de la lágrima que baña la parte exterior del órgano”, explica la directora del equipo de investigación, Yolanda Diebold, en una nota de prensa. Generalmente, la deficiencia de trombospodina-1 se suplementa desde fuera, con colirios; sin embargo, esta proteína es demasiado grande y compleja.
“El ojo cuenta con una barrera natural muy efectiva, impermeable a muchos medicamentos”, explica la cirujana, de manera que, “introducir una proteína voluminosa a través de una barrera celular densa es una misión complicada”. Por ese motivo, el equipo del IOBA decidió utilizar solo la parte más específica de la proteína y formular un sistema de trasporte adecuado.
Según los resultados que publica Experimental Eye Research, el péptido logró penetrar con eficacia en cultivos celulares de córnea humana y ojos de cerdo, y lo hizo de forma más profunda que los tratamientos convencionales, tanto en tiempos cortos, de unos 5 minutos tras la administración, como más largos, de una hora aproximadamente.
Gracias a sus contactos con la Universidad de Boston (BU), la doctora Diebold y su equipo planean continuar su investigación en Estados Unidos. Allí, el equipo de Inmunología de la BU dispone de cepas de ratón con ojo seco que carecen por completo de la proteína que el nuevo fármaco minimizado pretende suplementar.