Según informan en EFE, un 4% de las madres padece un trastorno mental grave y una de cada 1.000 tiene psicosis puerperal que necesita ingreso hospitalario. En las madres con un trastorno bipolar anterior, el riesgo alcanza a la mitad. Además, se estima que en el año 2017, 400 mujeres sufrirán psicosis, y 40.000 padecerán depresión una vez paridas.
El consejo pretende que la salud mental perianal reciba la atención necesaria por parte de los políticos y la sociedad. Esta atención podría estar centrada en mejorar los recursos destinados a prevención y tratamiento de los trastornos mentales en el embarazo y durante el primer año después del nacimiento.
Hoy no existen casi programas de prevención primaria ni secundaria para estos trastornos, ni tan siquiera profesionales especializados en la salud psicológica de la madre. Una de las iniciativas para concienciarse de que este problema afecta a más mujeres de las que se piensa es proclamar el Día Mundial de la Salud Materna el primer miércoles de mayo.
En muchos casos, la mujer tiene miedo a reconocer su trastorno por si se piensa que no es buena madre o pueda quitarle la custodia del niño. Por esta razón, se aíslan, lo que repercute negativamente en su situación y la del bebé, que al final sufre el malestar de la madre de una manera indirecta.
Hay muchas pruebas que indican que existen complicaciones pediátricas y obstétricas de riesgo que pueden influir en la relación madre-hijo de un modo negativo. Estos daños pueden perjudicar la autoestima de la madre, el desarrollo emocional del bebé, la relación con la pareja o, incluso, las relaciones familiares.