Los probióticos son organismos vivos que promueven beneficios en la salud del organismo hospedador, tal y como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta definición, sin embargo, no se concreta los sujetos a los que puede resultarle beneficioso. Su venta, en muchas ocasiones, tampoco está sujeta a prescripción médica, por lo que su uso se está generalizando independientemente de que exista una verdadera necesidad de disponer de dicho probiótico.
Para conocer los efectos que el uso de los probióticos tiene en sujetos sanos, un grupo de investigadores ha realizado una revisión sistemática que analiza los resultados de 7 ensayos controlados aleatorizados de adultos sanos. La búsqueda bibliográfica se realizó a través de PubMed, SCOPUS, e ISI. En ella se incluyeron los siguientes términos: Bifidobacterium, Lactobacillus, microbiota intestinal y microbiota fecal.
Los estudios incluían suplementos de probióticos y de placebo en adultos sanos, y examinaban la alteración de la composición de las especies, su distribución dentro de las poblaciones y los cambios producidos en la población bacteriana, entre aquellos grupos que ingerían probióticos y los que recibían placebo.
De los siete estudios, solo uno de ellos mostró cambios en aquellos individuos que tomaron probióticos frente a aquellos que no lo hicieron, lo que sugiere que su utilización en sujetos sanos no modifica la población de bacterias y, una vez llegadas a niveles óptimos, un aumento no produce ningún efecto beneficioso para la persona que lo utiliza.