Los investigadores explican que, en este trabajo a modo de revisión de la literatura especializada, pretenden analizar los principales métodos de valoración de la espasticidad autopercibida por el paciente con enfermedad neurológica y dolores musculares descritos en estudios científicos anterios, y realizar una descripción y análisis crítico de sus ventajas y limitaciones.
Tras analizar las principales escalas de valoración de la espasticidad percibida, los expertos concluyen que existen pocas herramientas de cuantificación de la espasticidad que contemplen la percepción del paciente y, comparadas con las escalas de evaluación clínica tradicionales, han sido poco utilizadas en la literatura científica. Sin embargo, para su correcta valoración, es fundamental incluir al menos una medición que valore la autopercepción de espasticidad.
Los expertos apuntan en el estudio que la patología dolorosa muscular ha permitido ir más allá, con la reincorporación a la actividad y recuperando la calidad de vida en personas con distintos tipos de espasticidad.
Existe consenso en la comunidad científica en relación con la eficacia y seguridad y la utilidad del uso de toxina botulínica en diversas patologías y que ayuda a detectar y tratar la espasticidad autopercibida. El uso de este elemento en Medicina Física y Rehabilitación ha marcado un hito trascendente, que ha implicado un aporte en el enfoque terapéutico de los pacientes con espasticidad, distonía y dolor.