El síndrome de Parsonage Turner debe tener un tratamiento centrado en las medidas farmacológicas para el dolor y en terapias de rehabilitación, según apunta un estudio del Hospital Valle de los Pedroches de Córdoba. Los autores del trabajo indican que el enfoque del tratamiento ha de ser multidisciplinario, “especialmente cuando el paciente acaba de pasar por un trasplante de pulmón”.
El estudio presenta el caso de un paciente de 50 años tras un trasplante de pulmón por fibrosis pulmonar y con infección posterior por citomegalovirus que desarrolló un síndrome de Parsonage Turner con afectación del hombro derecho. Los médicos indican que esta enfermedad recibe también otras denominaciones como neuritis atrófica, amiotrofia neurálgica o neuritis braquial.
“El síndrome de Parsonage Turner se caracteriza por un inicio de dolor agudo en la extremidad superior, fundamentalmente a nivel proximal, rara vez afecta a la mano; seguido de debilidad y atrofia (en ocasiones también puede aparecer alteración de la sensibilidad) de causa desconocida y con una fisiopatología compleja donde se han involucrado alteraciones autoinmunes, genéticas, procesos infecciosos e, incluso, mecánicos”, apuntan los expertos.
Los investigadores recomiendan el uso de analgésicos potentes e, incluso, corticoides si el paciente experimenta un dolor más intenso y continuado en el tiempo. Desde el punto de vista de la rehabilitación física, los expertos indican que la inmovilización debe ser la primera fase. “Al cese del dolor, debemos iniciar un programa de rehabilitación para recuperar la movilidad y propiocepción perdidas. Serán de utilidad las maniobras articulares, tracciones, técnicas neurodinámicas, potenciación muscular, corrientes excitomotoras”, destacan.