El Hospital Universitario de Girona del Doctor Josep Trueta, por ejemplo, da servicio con una única UCI a una población de 844.000 habitantes y suele contar con una ocupación media superior al 90%. Ante la demanda por aumentar el número de UCI, la capacidad de las salas o regionalizar los servicios, un grupo de investigadores ha decidido estudiar a fondo la situación actual en Cataluña.
Con este objetivo, se han analizado 35 de los 40 servicios (87%) de Medicina Intensiva existentes en Cataluña y la frecuencia con la que los pacientes críticos no podían ingresar en los mismos y debían ser derivados a otros centros. Este estudio observacional multicéntrico, publicado en la revista Medicina Intensiva, permite conocer de antemano la efectividad actual antes de llevar a cabo una intervención.
Los principales resultados observados fueron 383 camas de UCI abiertas, 58 camas libres y 16 pacientes no dados de alta por falta de camas en planta. En promedio, 6 pacientes diarios no podían ingresar en la UCI por falta de camas y 1 debía ser derivado a otras UCI. La ocupación media variaba entre el 100 y el 60%, con un 100% de ocupación en el 35% de los registros.
Un subanálisis de los 24 hospitales públicos mostró una ocupación ligeramente superior, con un 100% en el 38% de los registros, lo que indica que los servicios públicos experimentan una sobrecarga superior a la ofrecida por los centros hospitalarios privados. Aunque la ocupación parezca la adecuada existe una deficiencia en la atención ofrecida al paciente crítico.
“La ocupación media de las UCI de Catalunya podría parecer correcta, pero existe sobresaturación frecuentemente en ciertas unidades, lo que dificulta el ingreso precoz y además provoca que una cantidad significativa de pacientes críticos no puedan ingresar en UCI,” aseguran los autores del estudio, pertenecientes al Grupo de Trabajo de Gestión Clínica de la Sociedad Catalana de Medicina Intensiva y Critica.