Las UCI suelen tener dificultades sobre las necesidades que tienen las familias del paciente crítico. Sin embargo, y a pesar de saber de esta falta de facilidades, a veces es difícil conocer cuáles son exactamente las complejidades con las que se encuentran y las posibles soluciones a estos problemas, motivo por el cual un grupo de médicos del Servicio de Medicina Intensiva del Complejo Asistencial Universitario de León ha decidido investigarlo.
En su investigación seleccionaron una muestra compuesta por familiares de pacientes ingresados en la UCI y otra muestra formada por personal médico y enfermería a cargo del cuidado de dichos pacientes.
En la muestra de pacientes se entregaron 61 cuestionarios a familiares, con una edad media de 44,8 años, en los que predominaba el género femenino, los hijos de los pacientes, que no convivían con él y que además vivían su primera experiencia en la UCI. Además, las percepciones se estratificaron en función de la actividad laboral y formación académica.
Un 91,4% de los familiares consideró que la información recibida había sido comprensible y sincera, y el 51,4% declaró haber recibido información diaria relativa a los cuidados proporcionados al paciente. Un 71,4% de los titulados universitarios, frente al 36,8% de los no universitarios, declaró que nunca o solo algunas veces había recibido información diaria sobre dichos cuidados.
En la misma línea, el 60% de los encuestados declaro que nunca, o solo algunas veces, habían sido informados sobre el equipamiento utilizado para atender a su familiar en la UCI. Porcentaje que fue más frecuente entre aquellos que tenían una titulación universitaria frente a aquellos que no la tenían (78,6% vs. 42,1%).
La sensación de apoyo emocional y atención médica fue buena de forma unánime. Los familiares se mostraron conformes con la política de visitas, tanto con el número de familiares que accede (88,6%) como con el horario de acceso (85,7%). La comodidad en la unidad y la sala de espera fue bien valorada, aunque un 34,2 % consideraba que las condiciones acústicas eran malas o muy malas.
Según las encuestas realizadas a los profesionales, un 63,9% estimó que la flexibilización de la política de visitas mejoraría la confianza familiar en el personal de la UCI, y al menos el 97%, estaba a favor de flexibilizar la política de visitas en situaciones excepcionales, como los cuidados al final de la vida. Y es que según el 73,8% de los profesionales encuestados, la presencia familiar proporciona apoyo emocional al paciente.
Además, un 95,1% de los encuestados manifestó haber empatizado en alguna ocasión con los sentimientos de los familiares, que concuerda con el 80% que declaró establecer habitualmente una relación de ayuda hacia el paciente.
Así, y puesto que la presencia del familiar en la UCI es importante para los dos grupos, sería bueno establecer medidas que permitan flexibilizar las políticas de visitas, mejorar las condiciones acústicas, y proporcionar una información más detallada sobre los cuidados proporcionados. Todo ello puede aumentar la sensación de bienestar del familiar, que a su vez, aliviará los casos en los que el médico se sienta peor como consecuencia de la empatía generada por su trato con él.