El caso de la paciente no era muy habitual, pues el aneurisma se formó durante un proceso infeccioso en el tórax que estaba en riesgo de ruptura, lo que reducía bastante las posibilidades de supervivencia, según indican los especialistas. Además de la complejidad natural que ya presentaba el caso en sí mismo, el paciente expresó su rechazo por todo tipo de hemoderivados y sangre durante la intervención.
La unidad de infecciosas del servicio de medicina interna se encargó de administrar antibióticos antes de la operación. Por su parte, el servicio de cirugía cardiaca realizó con éxito el bypass entre corazón y los grandes vasos que riegan el cerebro. Además, el servicio de cirugía vascular implantó la prótesis en todo el cayado aórtico que desconecta y anula el gran aneurisma infeccioso de la circulación con el objetivo de protegerlo de una rotura y una posible hemorragia.
Tecnología novedosa
"Estamos especialmente orgullosos de haber cumplido con las exigencias y expectativas que una situación tan límite en medicina se nos planteaba, así como de haberlo hecho respetando siempre los deseos personales de nuestro paciente”, asegura David Fernández Caballero, jefe de servicio de cirugía vascular.
Durante todo el proceso también participaron los servicios de anestesiología, medicina intensiva, radiología intervencionista y numeroso personal de enfermería. “El trabajo multidisciplinar de todos los servicios implicados ha sido necesario para que esta cirugía se lleve con éxito. Seguiremos implicados en trabajar y respetar siempre los deseos y voluntades de nuestros pacientes para que tengan una alta calidad de vida”.
El Hospital Universitario de Torrejón cuenta con una dotación de equipos y dispositivos de última generación, los cuales fueron necesarios para llevar a cabo la intervención, según aseguran fuentes del propio hospital. Entre todas las herramientas, los cirujanos destacan el recuperador de sangre para conseguir un mayor ahorro de la sangre del paciente debido a que no se iba a realizar una transfusión.