Según informa el centro estadounidense, el aumento de las visitas anuales a los servicios de urgencias provoca que se reduzca la capacidad de atención, se produzca una saturación del servicio y se incremente el tiempo de espera. En opinión de Scott Levin, profesor asociado de Medicina de Urgencias de la Universidad Johns Hopkins, “lo idóneo es que el servicio de urgencias evalúe rápidamente si un paciente necesita un tratamiento crítico”.
El triaje electrónico podría convertirse en la alternativa al ESI. Levin explica que este índice es “completamente subjetivo. Los médicos hacen una evaluación rápida sobre la base de su juicio clínico”. El objetivo de la herramienta diseñada por el Johns Hopkins es ayudar a diferenciar, con una mayor precisión, los niveles de triaje del paciente.
La herramienta de triaje electrónico de la Johns Hopkins ha mostrado, en un artículo publicado en Annals of Emergency Medicine, una identificación igual o mejorada de los resultados de los pacientes en comparación con el ESI. Este estudio retrospectivo incluyó el análisis de cerca de 173.000 visitas al servicio de urgencias.
Las diferencias en la identificación de los niveles de prioridad entre el índice ESI y el triaje electrónico fueron significativas, según destacan los autores del estudio. Por ejemplo, entre más del 65% de las visitas triadas al nivel 3 de ESI, el triaje electrónico identificó que alrededor del 10% de los pacientes con ESI Nivel 3 podrían haberse beneficiado de ser ascendidos a un nivel de prioridad más crítico, como el nivel 1 o 2.
Los resultados mostraron que estos pacientes tenían 5 veces más probabilidades de experimentar un resultado crítico como la muerte, la admisión en la UCI (unidad de cuidados intensivos) o la cirugía de emergencia. El triaje electrónico emplea un algoritmo para predecir los resultados del paciente basado en un enfoque de ingeniería de sistemas y métodos avanzados de aprendizaje automático que identifica las relaciones entre los datos predictivos y los resultados de los pacientes.