“Trabajamos con adenovirus oncolíticos, virus modificados para que ataquen exclusivamente células cancerosas sin atacar el tejido normal, a modo de terapia dirigida”, explica Carlos Fajardo, primer autor del estudio. Los adenovirus pueden provocar resfriados, conjuntivitis o gastroenteritis. Sin embargo, una vez modificados, estos virus se dirigen a las células tumorales.
“Lo que intentamos hacer es redirigir el sistema inmune para que ataque las células cancerosas en lugar del virus. De esta forma, no solo evitamos que el virus sea eliminado del organismo demasiado pronto, sino que complementamos su acción sumándole la de los linfocitos T” comenta Fajardo.
Los investigadores utilizaron los recientemente desarrollados anticuerpos BITE (bispecific T-cell engager antibodies), que son capaces de conectar de forma específica los linfocitos T con algunas proteínas expresadas en la superficie de las células cancerosas; esta conexión activa a la célula T, que ataca y destruye la célula tumoral.
Modificaron el adenovirus para que, al infectar la célula tumoral, esta segregue un un BITE específico contra la proteína EGFR, que se encuentra sobreexpresada en muchos tipos de cáncer. Así, estos BITE podían captar los linfocitos T presentes en el medio para que atacaran las células cancerosas adyacentes.
Los estudios en ratones demostraron que el adenovirus oncolítico armado con el BITE era capaz de aumentar la presencia de linfocitos T en los tumores, dando como resultado una mejor eficacia antitumoral:
“Con estos resultados, intentaremos atraer el interés de las empresas que desarrollan BITE para establecer acuerdos de colaboración para el desarrollo clínico de virus armados con BITE”, añade el Alemany, último autor del estudio. “También estamos explorando el desarrollo de virus que dirijan a los linfocitos T contra los fibroblastos del estroma tumoral, para eliminarlo”.