Estudios previos, realizados por los mismos autores del estudio, ya habían demostrado que la proteína ribosomal S6 quinasa (S6K1) está involucrada en la producción de lípidos a través de la regulación transcripcional del proceso de diferenciación de las células madre mesenquimales (MSCs) en adipocitos. No obstante, las vías de señalización nucleares por las que es mediada esta respuesta no se conocían bien.
La investigación muestra que la transcripción de esta proteína está mediada por la translocación de S6K1 al núcleo (inducida por BMP4), la fosforilación de la histona H2B (que conduce al reclutamiento de EZH2) y la trimetilación de la histona H3. Dicho cambio epigenético impulsa la adipogénesis temprana; una de las principales causas de obesidad.
Además, la fosforilación mediada por S6K1 se correlaciona con el Índice de Masa Corporal (IMC) por lo que los niveles de fosforilación podrían utilizarse como posible biomarcador de obesidad. En otros estudios, ya se ha observado que los tejidos de personas con sobrepeso han mostrado que esta vía de señalización se encuentra hiperactivada.