Los compuestos sintéticos que imitan el ADN bacteriano se habían probado en otros estudios por su efecto terapéutico en el tratamiento del asma alérgica, pero, hasta ahora, ninguno de estos compuestos se habían aprobado para su posterior comercialización. Posiblemente, y según apuntan los investigadores, por su toxicidad o la falta de conocimientos básicos sobre su mecanismo de acción.
En este estudio, los investigadores seleccionaron un grupo de ratones a los que expusieron a extractos de compuestos microbianos (pared bacteriana o ADN) o a la totalidad de los microbios, para conocer las modificaciones que se producían en el entorno inmune del pulmón. De esta forma, pudieron comprobar que el ADN bacteriano, a diferencia de otros compuestos, era capaz de aumentar el número de macrófagos intersticiales.
Trasplante de macrófagos
Además, y para sorpresa de los propios investigadores, si estos mismos macrófagos se aislaban en uno de estos ratones y se inyectaban en los pulmones de otro ratón, este último no desarrollaba asma a pesar de estar expuesto a extractos de ácaros de polvo doméstico. Asimismo, si estos macrófagos se transferían a un ratón asmático, este se curaba y no volvía a presentar síntomas de asma.
A través de estos resultados, los investigadores consideran la opción de crear macrófagos humanos con propiedades similares a los monocitos in vitro, tal y como explica Fabrice Bureau, director del estudio y profesor de biotecnología de la Universidad de Lieja, que asegura que ya han presentado una patente para proteger sus resultados e iniciar los estudios en humanos. En sus propias palabras:
"Si es posible crear macrófagos de supresión, a través de los monocitos de pacientes asmáticos, es perfectamente concebible reinyectar los macrófagos en los pulmones de estos pacientes durante los procedimientos de broncoscopia de rutina que realizan los neumólogos de la Universidad de Lieja, con el objetivo de evaluar el potencial terapéutico de estas células”, concluye el profesor Fabrice Bureau.