Según recoge la agencia EFE, más del 40% de los casos de fracaso renal agudo están relacionados con la toxicidad de determinados tratamientos. Entre el 3,5 y el 7% de los pacientes ingresados lo padecen, una cifra que asciende al 36-67% lo padecen, con el consecuente alargamiento de la estancia hospitalaria entre 4 días y 2 semanas.
Hasta el momento, “lo único que había” para evitar ese daño era la hidratación de los enfermos, con el fin de que el medicamento tóxico circulase lo más rápido posible, tal y como ha explicado el investigador del Laboratorio de Fisiopatología Renal del hospital madrileño Alberto Tejedor, que ha desarrollado el primer fármaco protector del riñón frente a esa toxicidad junto a Alberto Lázaro, Mari Ángeles González-Nicolás, Sonia Camaño y Blanca Humanes, entre otros.
La cilastatina es una molécula inocua que ya se utilizaba en los años 90 en combinación con un antibiótico en trasplantes. Tras analizar los resultados obtenidos en distintos países en pacientes con trasplante cardiaco, pulmonar y renal, los científicos españoles descubrieron que la combinación reducía a la mitad el daño renal y un 72% el riesgo de diálisis.
Entonces, ampliaron su investigación para estudiar la función protectora de la cilastatina frente a fármacos quimioterápicos, analgésicos y antifúngicos, contrastes iodados, antirretrovirales e inmunosupresores. Después de más de 10 años de trabajo, han conseguido convertir la molécula en el primer fármaco protector del riñón frente a la toxicidad, al demostrar esa función protectora en más de un 80% de los casos.
Mecanismo de freno
La cilastatina no evita el fracaso renal, pero detiene la expansión del daño al bloquear la ruta de transmisión de las “señales de muerte” que lanzan las células que reciben el tóxico a sus vecinas, que acaban muriendo. Ya se han realizado ensayos preclínicos y se han publicado resultados en las revistas internacionales Kidney International y Nephrology.
El Programa BIO de la Comunidad de Madrid, el Instituto Carlos III y la Universidad Complutense de Madrid han financiado el proyecto para desarrollar el primer fármaco protector del riñón, que se ha mantenido en secreto todo este tiempo. Está previsto que en breve se traslade a la práctica clínica a través de la biofarmacéutica Spherium Biomed, del Grupo Farrer, propietaria de la patente.
Los investigadores confían en que el coste del nuevo medicamento sea “asequible”, ya que el proceso de obtención de la molécula “es sencillo”. Ahora, centrarán sus esfuerzos en el estudio de otras causas del fracaso renal agudo, un problema recurrente y complicado que puede ser provocado por las toxicidades del propio cuerpo, la falta de riego o patologías crónicas como la diabetes.