“Estoy muy entusiasmada con el desarrollo del moco porque estoy convencida de que puede ayudarnos a encontrar nuevas estrategias para protegernos de las infecciones, en particular, las que se refieren a un crecimiento excesivo de microorganismos dañinos", asegura Ribbeck.
La especialista explica que el laboratorio del MIT ya ha comenzado a diseñar polímeros basados en mucina y moco sintético. Aunque pueda parecer que esta sustancia solo se encuentra en la boca y la nariz, es importante conocer el papel protector que tiene el moco en el tracto digestivo, en los ojos, los pulmones y en el aparato reproductor femenino, según recalcan los expertos.
Los científicos analizaron cómo un tipo de mucinas (moléculas recubiertas de azúcar que forman el moco) de la saliva influyen en la composición de las comunidades microbianas internas y limitan la formación de biofilms que fabrican las bacterias. Así, analizaron las MUC5B en las que hicieron crecer 2 tipos de bacterias que compiten en la boca: Streptococcus mutans, presente en bocas con caries, y Streptococcus sanguinis, presente en bocas saludables.
Los científicos descubrieron que los Streptococcus mutans superaban a los Streptococcus sanguinis cuando crecían de manera conjunta. En cambio, en presencia de MUC5B, las 2 especies tendían a tener un equilibrio uniforme, lo que sugiere que la mucina podría ser fundamental para proporcionar una mayor diversidad y equilibrio bacterianos.
“Llegamos a la conclusión de que los resultados de MUC5B pueden ayudar a prevenir enfermedades como la caries dental al reducir la posibilidad de que una sola especie dañina domine la boca”, explica Ribbeck.