Joan Albanell, experto independiente al estudio publicado en Lancet Oncology y jefe de Oncología Médica del Hospital del Mar considera que, “si los resultados se confirmasen, MAF debería incorporarse a pruebas rutinarias en el cáncer de mama temprano”. En este caso, MAF sería el primer biomarcador predictivo con aplicación clínica para la selección de pacientes de cara al tratamiento adyuvante con bisfosfonato.
La investigación, liderada por el profesor Robert E. Coleman de la Universidad de Sheffield y el profesor Roger Gomis del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona, permitiría usar de forma preventiva los mismos fármacos que sirven para tratar la metástasis cuando esta se manifiesta. El siguiente paso, que podría modificar la estrategia terapéutica del cáncer de mama inicial, será un estudio clínico prospectivo/retrospectivo para validar el marcador.
El tratamiento preventivo no puede administrarse de forma masiva, ya que puede tener efectos secundarios indeseables, y un coste elevado, señala Gomis. “Para implementar un test diagnóstico de acompañamiento a un tratamiento, primero hay que saber qué pacientes pueden beneficiarse de él y cuáles no”, explica, “nuestro descubrimiento ofrece un modo de distinguirlos, cuando antes no era posible”.