Esa afirmación se conoció días antes de celebrarse el Día Mundial de la Malaria (25 de mayo) y la campaña “Fin de la malaria para siempre”, un proyecto financiado, en gran parte, por los países europeos. Conseguir su erradicación ha sido posible gracias al diagnóstico precoz, a la supervisión y seguimiento de casos, el compromiso político, el control de los mosquitos portadores del parásito y el diálogo con los portadores.
Zsuzsanna Jakab, directora regional de la OMS para Europa, considera que este logro es muy importante para la salud pública europea y contribuye a la erradicación mundial de la enfermedad. Hasta que desaparezca por completo, todos aquellos que viajen a países donde aún es endémica, podrían importarla a Europa, razón que hace necesaria mantener una situación de alerta.
El doctor Nedret Emiroglu, director de Enfermedades Transmisibles y Seguridad de la Salud de la OMS para Europa, coincide en que si no se mantiene la vigilancia, un solo caso de malaria bastaría para que resurgiera la enfermedad en este continente. Esto causaría un resurgimiento que volvería a propagarla.
En verano de 2016, la OMS convocará una reunión en Ashgabat (Turkmenistán) para abordar cómo evitar la reintroducción de la malaria. Los países de Europa intentarán mantener al continente alejado del paludismo con propuestas orientadas a tratar los brotes con rapidez, mantener el compromiso político y adelantarse a las trasmisiones locales conociendo la propagación del parásito.