Según el propio Ndlovu contó, el aumento de la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos fue una de las principales razones para buscar nuevos compuestos antimicrobianos. Como parte de este estudio, el microbiólogo tomó muestras de aguas residuales y realizó pruebas moleculares y microbiológicas en las bacterias productoras de biosurfactantes.
Después, aisló 2 de las cepas en las que los biosurfactantes demostraron su eficacia contra las enfermedades resistentes a los antibióticos. Estos biosurfactantes de las aguas residuales suelen producirse, según recoge EurekAlert, por hongos, levaduras y bacterias que se comercializan en productos de limpieza, champús o geles, además de en cosmética o industria alimentaria.
"Los biosurfactantes producidos por las 2 bacterias impidieron el crecimiento de las principales bacterias causantes de enfermedades como Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y E. coli resistente a la gentamicina que puede conducir a infecciones potencialmente mortales en los seres humanos", especificó Ndlovu.
Ndlovu, centrado ahora en la aplicación de los biosurfactantes con propiedades antimicrobianas, sostiene que este hallazgo es prometedor, ya que cada día es más difícil tratar con los fármacos actuales los microorgansimos resistentes a antimicrobianos. Además, podrían ser un nuevo punto de partida para el desarrollo de antibióticos nuevos.
Según el microbiólogo, las aguas residuales constituyen un ambiente perfecto para aislar las bacterias productoras de biosurfactantes que podrían usarse en la producción de compuestos de uso comercial. Estudios anteriores ya señalaban los suelos contaminados y los ambientes terrestres como zonas productoras de estos biosurfactante.
Las bacterias que producen biosurfactantes prosperan más en entornos contaminados y son capaces de superar a otras bacterias, ya que los compuestos biosurfactante les facilitan absorben nutrientes y protegerlos de las sustancias tóxicas.