Los investigadores habían demostrado en estudios anteriores que ciertos bacteriófagos (virus que infectan bacterias) tenían la capacidad de frenar la reproducción y transmisión de la bacteria V. cholerae. Sin embargo, todavía no habían conseguido identificar cepas de bacteriófagos que tuvieran la capacidad de matar a V.cholerae en el intestino delgado, lugar de infección y reproducción de la bacteria en el ser humano.
El cóctel de bacteriófagos se descubrió aislando 3 bacteriófagos específicos para V. cholerae en el ciclo lítico (ICP1, ICP2 y ICP3) que presentaban las muestras de heces de sujetos con cólera en Bangladesh. Posteriormente, se administró dicho cóctel en modelos de ratón y de conejo lactantes con cantidades estandarizadas.
“En este estudio mostramos que la administración oral del cóctel de bacteriófagos sirve como profiláctivo y reduce la colonización por V. cholerae en modelos de ratón lactante. El cóctel de ICP también evita la aparición de los síntomas del cólera en modelos de conejo hasta 24 horas antes de que tuvieran que luchar contra la bacteria”, explican los autores en su estudio.
Por otra parte, los científicos observaron a las bacterias que sobrevivieron al tratamiento mediante el análisis molecular y el genoma de las mismas. De esta forma, pudieron comprobar que algunas bacterias tenían capacidad para adquirir resistencia a 1 o 2 de los 3 que componían el cóctel de bacteriófagos, pero no sobrevivían a la administración de los 3 simultáneos.
“Un tratamiento preventivo de bacteriófagos es poco probable que pueda erradicar el cólera, pero podría llenar el vacío que existe en los tratamientos contra esta enfermedad y prevenir la transmisión en los hogares de manera inmediata”, explica Camilli, investigador del programa de microbiología molecular de la Sackler School.