En una nota enviada por la sociedad, el especialista valora asimismo el hecho de que la cilastatina no interfiera con ninguno de los tratamientos frente a los que protege al riñón, entre los cuales hay citotóxicos (usados para tratar el cáncer), inmunosupresores, antibióticos o antirretrovirales.
Para la presidenta de la SEN, María Dolores del Pino, el descubrimiento de la capacidad nefroprotectora de la cilastatina supone “una gran noticia” para la especialidad. “Nos va a permitir dar respuesta satisfactoria a un problema que afecta en torno a un 7% de las personas que ingresan en un hospital y a entre el 36-67% de los pacientes críticos”.
“Vamos a conseguir mejorar la morbimortalidad y calidad de vida de los pacientes, lo cual ayuda a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, al reducir también las estancias hospitalarias o los ciclos de tratamiento”, añade la nefróloga, según la cual el hallazgo representa también “un hecho de profunda satisfacción y orgullo para la Nefrología española”.
Nuevas líneas de investigación
A la espera de poder comenzar los ensayos clínicos, el equipo que dirige Tejedor ya ha comenzado a trabajar en otras líneas de investigación. Una de ellas pasa por conocer en detalle la morbimortalidad asociada a posibles consecuencias cardiovasculares tras superar un fracaso renal agudo; el inflamasoma, un complejo multiproteico responsable de la activación de los procesos inflamatorios, está relacionado con dicha morbimortalidad.
Por otro lado, los investigadores pondrán en marcha una línea de investigación centrada en el fracaso renal agudo no asociado a tratamiento farmacológico, como el derivado del paludismo, muy habitual en África.