La enfermedad renal crónica fue la octava causa de muerte en España en 2016. De igual modo, fue la causa de mortalidad que más aumentó desde 2006. Así lo refleja un estudio liderado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) publicado en la revista Nefrología. El trabajo utiliza los datos del Global Burden of Disease (GBD), un estudio que monitoriza las muertes por enfermedad a nivel mundial.
Según informa la UAM, la muerte por enfermedad renal crónica se sitúa tras la muerte por alzhéimer. En 2016, fue la octava causa de muerte en España, con una tendencia creciente desde 2006. De acuerdo con los investigadores, si se mantiene dicha tendencia, acabará siendo la segunda causa de muerte, por encima de las patologías cardiovasculares y del cáncer.
“Si no se cambia la tendencia mediante un apoyo decidido a la investigación y la asistencia en enfermedad renal, los jóvenes actuales tendrán en el futuro más probabilidades de morir de enfermedad renal que de cáncer o infarto”, señalan los autores. Los profesores de la UAM Joan B. Soriano, Alberto Ortiz y Maria Dolores Sanchez-Niño han liderado el trabajo.
Enfermedad renal crónica, un problema desconocido
De acuerdo con los investigadores, la ciudadanía es consciente de lo que supone un diagnóstico de cáncer, alzhéimer o patología cardiovascular. Sin embargo, la enfermedad renal crónica es más desconocida. De hecho, muchas personas afectadas por esta patología ignoran que la padecen. “El problema se agrava porque las autoridades sanitarias no son conscientes del grave problema de salud que supone la enfermedad renal crónica”, destacan.
“No figura como tal entre los grandes epígrafes de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística, al ser un término y concepto de reciente creación”, explican los investigadores. En su opinión, es necesario poner recursos a disposición de la investigación y atención sanitara para hacer frente a esta patología. En ese sentido, recuerdan que las enfermedades renales “están excluidas” del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER).
GBD es una iniciativa del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington. Monitoriza cada año la salud de las poblaciones a nivel mundial. Estima parámetros específicos de edad, sexo y país basándose en enfoques estandarizados que se aplican a todas las fuentes de datos disponibles. Asimismo, se ajustan de acuerdo con las principales fuentes de sesgo, por lo que los resultados de los distintos lugares son comparables.