“La nefritis lúpica afecta al 30-50% de los pacientes con lupus eritematoso sistémico, sobre todo en los primeros 5 años de evolución de la enfermedad”, aseguró María Galindo, reumatóloga del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, según la cual el riesgo de que un paciente desarrolle esta patología renal depende de factores como:
- Sexo.
- Edad.
- Etnia.
- Genética.
“Otro factor fundamental en el pronóstico de la nefritis lúpica es realizar un diagnóstico y tratamiento precoz”, añadió la especialista, quien explicaba que “en los pacientes en los que la nefritis no coincide con el debut de la enfermedad, se ha descrito que el tratamiento con antipalúdicos puede retrasar el desarrollo de la misma, así como su gravedad”.
Diagnóstico precoz
En opinión de Galindo, es necesario “un diagnóstico precoz para poder actuar de forma rápida”, ya que la afectación renal es una de las más graves y frecuentes en los afectados por el lupus eritematoso sistémico. Una vez diagnosticada, “es fundamental instaurar un tratamiento precoz inmunosupresor acompañado de terapia adyuvante para control de hipertensión arterial, prevención de comorbilidades como sobrepeso, osteoporosis o infecciones”.
En este sentido, la reumatóloga destacó la importancia de la adherencia al tratamiento, así como de elegir un inmunosupresor de manera individualizada, teniendo en cuenta la edad y la etnia del paciente, la presencia concomitante de otras manifestaciones graves de la enfermedad o la gravedad de la afectación renal.
“La nefritis lúpica requiere de un manejo estrecho, que mejora con la valoración multidisciplinar con el especialista en Nefrología, y que en ocasiones va a precisar un tratamiento inmunosupresor prolongado en el tiempo, si no indefinido, para evitar recaídas que favorezcan el desarrollo de una insuficiencia renal crónica”, agregó la especialista, que recordó que algunos pacientes acaban necesitando un trasplante de riñón.
“2 tercios de los pacientes que son tratados de forma rápida y con un protocolo de actuación ajustado a la gravedad de su afectación renal y de su enfermedad presentan una buena respuesta al tratamiento”, apuntaba.
Según el registro Relesser que elabora la SER, un 10% de los pacientes con lupus llega a padecer enfermedad renal crónica avanzada; de ellos, el 45% necesita un trasplante. “Aunque la frecuencia de estos casos ha ido disminuyendo a lo largo de los años, probablemente en relación con la introducción de nuevos fármacos para los casos más graves y un mejor conocimiento de la enfermedad”, concluyó Galindo.