Según informa la Fundación Alcer, en España los trasplantes renales cruzados representan un 10% de los trasplantes de donante vivo que se llevan a cabo. El programa internacional pretende ofrecer la posibilidad de intercambiar donantes cuando no se encuentre un riñón compatible en sus sistemas nacionales.
Ese intercambio posibilitaría cruces simples, a 3 o más bandas. También hace posibles trasplantes a partir de un donante altruista, también llamado “buen samaritano”.
En el marco de este programa internacional en construcción, España ha cedido a Italia el software del registro nacional de parejas donante-receptor, el cual permite agilizar las posibilidades de intercambio entre las parejas incluidas en cada momento. Al finalizar 2016, la ONT tenía registradas 106 parejas de donantes y receptores.
Los pacientes inscritos en este programa de trasplante cruzado siguen estando en la lista de espera de donante fallecidos. De forma paralela, varias veces al año se evalúan las posibles combinaciones. “La idea es que cada país haga su cruce de parejas y los que no consiguen trasplantarse son los que se incluirían en este programa internacional”, ha apuntado Domínguez-Gil.
Más opciones
Las posibilidades de encontrar donante en el marco del sistema español se encuentran en torno al 28%, una tasa que se eleva hasta el 33,6% cuando hay un “buen samaritano”. Las primeras pruebas de compatibilidad que se están realizando con Italia sugieren que gracias a este programa internacional de trasplante renal cruzado “las probabilidades de encontrar un donante podrían ser aún mayores”, ha avanzado la responsable de la ONT.
“La clave de esta iniciativa es que añadimos hetereogeneidad genética al programa, ya que el problema de muchas parejas es que no encuentran un donante por incompatibilidad con su DNI celular”, ha añadido la directora, que reconoce la complejidad a nivel logístico de este tipo de iniciativas.
En ese sentido, Domínguez-Gil ha explicado que en España las nefrectomías de estos donantes se llevan de forma simultánea, para evitar que alguno de ellos revoque su consentimiento en el último momento y algún receptor se quede sin trasplantar. Un protocolo que comparten los 3 países y que hace viable la implantación de este programa internacional.