Comparada con la de otros países europeos, la prevalencia de la enfermedad renal crónica es intermedia. Esta patología se caracteriza por el mal funcionamiento de los riñones, y en los casos más graves, es necesaria la realización de diálisis y de un trasplante, recuerda el ICS. El programa de cribado del ICS permite la detección precoz de esta enfermedad mediante la medición del índice de filtración glomerular.
El 69,7% de las personas con un riesgo elevado de padecer una enfermedad renal crónica atendidas en el ICS se les ha hecho una prueba para medir el índice de filtración glomerular y un 33,5% se les ha hecho, además, una determinación de la cantidad de albúmina presente en la orina, tal como se recomienda. Esta cifra es más elevada que la recogida en un estudio comparable realizado en Suecia, que era del 23% de los pacientes de riesgo. Según las guías de práctica clínica internacionales, el grado de recomendación del cribado de enfermedad renal crónica entre pacientes de riesgo es alto.
El Instituto Catalán de la Salud recuerda que existe un vínculo entre la edad y la aparición de la enfermedad renal crónica. Así, entre las personas atendidas en el ICS de entre 18 y 44 años, su prevalencia es del 0,29%, mientras que entre los mayores de 75 años este porcentaje se multiplica por 80.
Algunos autores afirman que, a partir de una determinada edad, la reducción de la capacidad de filtrado de los riñones solo es un reflejo del proceso de envejecimiento, apunta el ICS. Si a las alteraciones en el filtrado se suma un aumento en la excreción de albúmina en la orina, es más probable que haya una enfermedad renal. Si se tienen en cuenta las 2 alteraciones, el porcentaje pasa del 23,2% al 13,4% entre los pacientes mayores de 75 años, concluye.