Según señala esta organización en un comunicado, la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) continúa siendo una importante causa de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. La incidencia anual oscila entre los 2 y los 8 casos por cada 1.000 adultos y conlleva elevados costes sanitarios. En España mueren más de 15.000 personas al año por neumonía, una enfermedad que causa 90.000 hospitalizaciones.

A lo largo de las últimas décadas, las estrategias de inicio y cambio temprano a la terapia oral han sido ampliamente estudiadas. Sin embargo, la duración óptima de la terapia antimicrobiana no está claramente definida. “La reducción de la duración de los tratamientos todavía es un reto en la práctica clínica actual. Muchos de los facultativos tienen un falso sentimiento de seguridad con la prescripción de tratamientos más largos”, explica la autora principal del estudio, Ane Uganda.

“Los resultados indican, en términos de éxito clínico, que la supresión del tratamiento con antibióticos en base a criterios de estabilidad clínica después de un mínimo de 5 días de tratamiento apropiado no registra resultados inferiores a los obtenidos en los programas de tratamiento tradicionales”, añade la neumóloga.

En 2007, la Infectious Diseases Society of America (IDSA) y la American Throracic Society (ATS) desarrollaron unas normas para establecer la duración del tratamiento antibiótico de la neumonía basado en los criterios de estabilidad clínica. Estas directrices sugerían que se basara el tratamiento antibiótico en criterios de estabilidad clínica con un mínimo de 5 días de tratamiento; si la terapia inicial no era activa contra el patógeno identificado o si la afección del paciente era complicada por una infección extrapulmonar, se recomendó una duración más prolongada.

Ensayo multicéntrico

Con el objetivo de validar dichas directrices, se desarrolló este ensayo clínico multicéntrico y aleatorizado con 312 pacientes para evaluar si la duración del tratamiento con antibióticos de la neumonía basada en los criterios establecidos por la IDSA y la ATS era igual de efectiva que el tratamiento convencional. La tasa de éxito clínico en el día 10 fue de 50,4% en los controles y de 59,7% en el grupo de intervención.

Al día 30, la tasa fue de 92,6% en los controles y de 94,4% en el grupo de intervención. Las puntuaciones del cuestionario de síntomas de NAC a los días 5 y 10 también fueron similares en ambos grupos. Basándose en estos resultados, la SEPAR destaca las ventajas de los tratamientos acortados.

“En primer lugar, se asocian a tasas más bajas de resistencia antimicrobiana entre los patógenos respiratorios”, señalan en la nota, donde afirman igualmente que reducir la duración de los tratamientos contribuye a una gestión más eficiente de los recursos y los costes sanitarios. “Alargar los tratamientos innecesariamente puede facilitar la aparición de efectos adversos”, concluye Uganda, para quien otra ventaja es que la adherencia a los tratamientos se ve mejorada si estos son más cortos.