Los mitos sobre enfermedades mitocondriales se expanden por desconocimiento. Para entender mejor el papel de las mitocondrias, así como para ayudar a separar el grano de la paja, la Clínica Margen de Granada ha elaborado una lista con 7 mitos sobre estas enfermedades. Además, existe un amplio espectro de patologías, no heredadas de la madre, relacionadas con las mitocondrias como el alzhéimer, párkinson o ELA.
Mitos de las enfermedades mitocondriales
- La disfunción mitocondrial heredada de la madre causa la enfermedad. La realidad es que la mayoría de las enfermedades que implican a las mitocondrias no son heredadas sino que se adquieren a lo largo de la vida.
- Una mutación del ADN siempre causa las enfermedades mitocondriales, con lo cual, sustituir unas células por otras arregla el problema. La realidad es que la función de las mitocondrias necesita una colaboración de su propio ADN, sustituir células no soluciona el problema.
- Si la enfermedad se debe a una mutación del ADN mitocondrial, todas las mitocondrias de las células afectadas portan la mutación. Además, si se realiza una sustitución incompleta de las mitocondrias enfermas con las sanas se crea una “heteroplasmia”. La realidad es que la heteroplasmia es un fenómeno natural que se incrementa con la edad.
- El ADN mitocondrial conlleva algo específico para cada persona, por ello su sustitución le puede quitar a los pacientes algo de su personalidad. Esta afirmación es totalmente falsa, la variabilidad de la conformación genética única de cada persona ya está determinada.
- Las mitocondrias solo sirven para generar la energía necesaria para diferentes procesos celulares. La realidad es que esta es su tarea principal, pero no la única.
- El envejecimiento de las mitocondrias es la única causa de la bajada de la calidad de óvulos con la edad de la mujer. Lo cierto es, que las mitocondrias tienen una implicación indiscutible, pero que existen otros componentes celulares que se deterioran progresivamente a lo largo de la vida de la mujer.
- Las terapias mitocondriales solo se pueden realizar por una transferencia de mitocondrias de una célula a otra. La realidad es que hay varias terapias emergentes que pueden mejorar la función mitocondrial en las células afectadas sin utilizar mitocondrias de otras células. Sin embargo, el mayor impacto de estas nuevas técnicas se puede esperar en el tratamiento de diferentes enfermedades articulares y neurodegenerativas utilizando células madre.