“La importancia de este congreso internacional, que reunirá a los máximos especialistas mundiales en el estudio de los olores y las feromonas, radica en conseguir un mayor conocimiento sobre la forma en que animales y personas gestionamos nuestra conducta social”, resume el director de las jornadas, Ferran Martínez, en una nota de prensa.
El catedrático de biología ha adelantado que, durante el encuentro, se tratará de entender “cómo el cerebro procesa la información quimiosensorial y también cómo estos sistemas quedan alterados en determinadas condiciones fisiológicas y patológicas”. Así, por ejemplo, los asistentes abordarán la influencia de las señales químicas olfativas en la conducta reproductiva animal, o el olfato alterado como señal de desorden neurológico o psiquiátrico.
“La pérdida olfativa es un síntoma precoz de enfermedades como el alzhéimer, el párkinson, la esquizofrenia o los trastornos del espectro autista”, recuerda Martínez; por lo que, en este congreso internacional, “se analizarán los últimos resultados científicos, que abren posibles nuevos métodos para el diagnóstico temprano de estas patologías y que permitirían tratamientos más efectivos”.