Según informaba la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), hace tiempo que se sabía que tanto los extractos de la planta cannabis como los cannabinoides sintéticos y los producidos por el propio cerebro se unen a los receptores CB1 localizados en las terminales nerviosas de las neuronas. Esto provoca una inhibición de la liberación de neurotransmisores en las zonas de comunicación entre las células nerviosas.
Estudios recientes habían demostrado que el receptor CB1 también se localiza y funciona en las mitocondrias de las neuronas. El equipo liderado por Giovanni Marsicano, de la Universidad de Burdeos, ha descubierto que la amnesia causada por los cannabinoides requiere de la activación de los receptores CB1 localizados en las mitocondrias del hipocampo.
Usando un amplio abanico de técnicas experimentales de vanguardia, los investigadores observaron que la eliminación genética del receptor CB1 de las mitocondrias del hipocampo previene la pérdida de memoria, la reducción del movimiento mitocondrial y la disminución de la comunicación neuronal inducidas por los cannabinoides.
Además, el estudio ha desvelado que la amnesia causada por los cannabinoides y los procesos celulares relacionados están vinculados a una alteración aguda de la actividad bioenergética mitocondrial debida a la activación directa de los receptores CB1 en las mitocondrias. Dicha activación causa la inhibición de la cascada de señalización cannabinoide dentro de la mitocondria y, como consecuencia, disminuye la respiración celular.
Efectos de la falta de energía
La reducción de la respiración celular por cannabinoides no queda restringida al cerebro; un fenómeno similar ocurre en el músculo esquelético y cardiaco, como acaba de publicar en otra investigación el grupo del neurocientífico Pedro Grandes, que participa en el trabajo liderado por Marsicano junto a Nagore Puente, Leire Reguero y Izaskun Elezgarai, miembros del Departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU y del Achucarro Basque Center for Neuroscience.
“Un mal funcionamiento mitocondrial puede tener serias consecuencias en el cerebro. Por ejemplo, la disfunción mitocondrial crónica interviene en la patogenia de las enfermedades neurodegenerativas, el ictus o los trastornos asociados al envejecimiento”, señalaba Grandes, quien explicaba que se desconocía la implicación de la variación aguda de la actividad mitocondrial en funciones cerebrales superiores, como es la memoria.
Esta investigación ha puesto de manifiesto que los receptores de cannabinoides CB1 en las mitocondrias regulan los procesos de memoria a través de la modulación del metabolismo energético mitocondrial. Por otra parte, los resultados sugieren que “una intervención selectiva sobre determinados receptores de cannabinoides CB1 localizados en el cerebro en determinados compartimentos específicos de las neuronas podría ser de interés de cara al desarrollo de nuevas herramientas terapéuticas basadas en los derivados cannabinoideos más eficaces y seguros en el tratamiento de ciertas enfermedades cerebrales”.
“Esta investigación es el resultado de 6 años de trabajo en el que hemos participado 28 investigadores. En nuestro caso no hubiera sido posible sin la financiación recibida de la UPV/EHU, el Gobierno Vasco e instituciones estatales, que han confiado en nosotros incluso en estos años de tremendas estrecheces para la investigación, lo que reconozco y agradezco”, concluía el investigador vasco.