Este grupo de investigación fue el primero en demostrar que las neuronas inmaduras creadas durante el desarrollo embrionario tenían estas características inmaduras durante la vida adulta. Estas células parecen madurar e incorporarse a los circuitos cerebrales.
El Dr. Nácher, uno de los investigadores del Instituto del Clínico, explica que “uno de los ejes prioritarios de nuestras investigaciones es descubrir moléculas que contribuyan a controlar la maduración de las neuronas y a su regeneración. En el proyecto partimos de la hipótesis que la reelina era una candidata en potencia al ser una molécula que participa de manera crítica en la migración y en la diferenciación durante el desarrollo”.
La reelina es una molécula que aparece alterada en unos ratones que tienen una mutación genética espontánea y que son conocidos como ratones ‘reeler’, llamados así por reel, un baile rápido escoces.
La investigación ha confirmado, mediante experimentación en ratones, que un gran número de las neuronas que expresan reelina se localizan cerca de las neuronas inmaduras y que estas últimas tienen receptores para reelina. Por lo que se podría intervenir en la maduración de las mismas, tal y como sugieren los investigadores del estudio.
Nácher subraya que los resultados podrían servir para posteriores investigaciones enfocadas en averiguar si podrían desarrollarse células inmaduras mediante la activación de la reelina, pues esto supondría contar con un posible reservorio de neuronas en el cerebro adulto. Con ello, se podría valorar una aplicación terapéutica para recuperar funciones cerebrales concretas o evitar su deterioro.