Los deportistas de alto rendimiento no duermen las horas necesarias y tienen un sueño de baja calidad como consecuencia de la fatiga muscular y los malos hábitos. Es lo que se extrae de un estudio de investigadores de la Fundación Estivill Sueño y el Centro de Medicina del Deporte de Cataluña que se ha publicado en la revista Apunts Medicina de L’Esport.
El trabajo tenía como objetivo evaluar la calidad del sueño, los ritmos circadianos y el estado neurocognitivo de deportistas de alto rendimiento durante el periodo habitual de entrenamiento, competiciones y estudios. Con este fin, se seleccionó a una docena de jugadoras de baloncesto de entre 15 y 17 años que permanecían en una residencia para deportistas de alto rendimiento.
Después de estudiar el sueño mediante polisomnografía, los ritmos circadianos mediante sensores de monitorización circadiana ambulatoria y el estado neurocognitivo mediante cuestionarios, se determinó que las deportistas de alto rendimiento evaluadas dormían 6 horas y 57 minutos de media y su actividad nocturna se situaba por encima de la normalidad (200% frente a 75-125%). La regularidad de horarios estaba también fuera del rango normal.
De acuerdo con los resultados del cuestionario cronotípico ECM (escala compuesta de matutinidad), se observó que la mitad de las deportistas de alto rendimiento tenían perfil matutino, 2 perfil vespertino y el resto intermedio. El cuestionario de somnolencia de Epworth, por su parte, reveló que más de la mitad de las jugadoras decían tener excesiva somnolencia. De igual modo, se observó un nivel de lesiones elevado, que afectaba al 75% de las participantes.
A partir de los resultados obtenidos, los investigadores consideran que las deportistas de alto rendimiento estudiadas duermen menos horas de lo que necesitan y ven alterado su sistema circadiano como consecuencia de la irregularidad de horarios, así como la calidad del sueño por la fatiga muscular y los malos hábitos. “Todo esto influye en su rendimiento tanto físico como mental”, concluyen los autores, que destacan la necesidad de concienciar al colectivo sobre la importancia de mejorar los hábitos de sueño para garantizar un óptimo rendimiento físico.