Las pérdidas de memoria por el envejecimiento pueden retrasarse con deporte.

Las pérdidas de memoria asociadas al envejecimiento podrían remediarse gracias al ejercicio físico. Así lo refleja un estudio del INCLIVA (Instituto de Investigación Sanitaria de Valencia). El centro valenciano ha recibido el sello HR Excellence in Research, un distintivo de calidad europeo. La investigación liderada por José Viña determina cómo el ejercicio físico puede mitigar algunas pérdidas cerebrales.

Los resultados indican que el deporte modula diversos factores que participan en la interferencia entre el músculo esquelético y el cerebro. Estos factores, explica el INCLIVA, están relacionados con la supervivencia neuronal. Entre ellos destacan la enzima catepsina B (CTSB) y el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

La investigación asegura que entre las consecuencias del envejecimiento están las pérdidas de memoria y la neurogénesis del hipocampo. Este estudio plantea que uno de los retos es encontrar estrategias preventivas para hacer frente a estas pérdidas de memoria. Estas estrategias, indica el INCLIVA, son fundamentales para luchar contra la epidemia de deterioro cognitivo y la demencia. Estas 2 patologías se han convertido en un grave problema social, económico y humano.

Impacto en la neuroprotección

El estudio, publicado en Scientific Reports, analiza si el entrenamiento deportivo a largo plazo podría retrasar las pérdidas de memoria. En esta investigación el INCLIVA reclutó a 86 varones sanos de entre 17 y 68 años. Entre ellos incluyeron un grupo de jugadores de rugby con una media de entre 15 y 35 años de práctica deportiva.

Tal y como detalla una de las investigadoras, Coral Feliu, el objetivo es conocer el impacto del entrenamiento en la neuroprotección. Los jugadores de rugby más experimentados presentaron mejoras significativas en las pruebas de recuerdo selectivo. Por otro lado, se identificaron cambios en los niveles de BDNF y CTSB en el grupo entrenado. Tanto BDNF como CTSB se correlacionaron inversamente con las horas semanales de ejercicio.

Según confirman los investigadores, los resultados de este estudio avalan el impacto positivo del entrenamiento para retrasar las pérdidas de memoria. Además, sugieren la efectividad del ejercicio como estrategia preventiva contra la pérdida de la memoria relacionada con la edad.