Según recoge la agencia SINC, los investigadores monitorizaron la actividad eléctrica de las neuronas del giro temporal superior para analizar su respuesta ante 4 frases grabadas por 3 personas distintas con diferentes entonaciones.
Los resultados mostraron que un grupo de neuronas del neocórtex cerebral distinguía las voces entre sí, otro diferenciaba las frases (independientemente de quién las verbalizara y en qué tono) y otro distinguía las entonaciones (más allá de la frase o voz).
Con esa información, los investigadores desarrollaron un algoritmo con el que predecir la reacción de las neuronas al lenguaje en función del tono de voz, la entonación o la fonética. Así, se observó que las neuronas que responden a la entonación se centran más en el tono relativo alto y bajo de la voz. Por otro lado, las neuronas que distinguen quién habla se centran más en el tono absoluto.
Esto es uno de los aspectos “más emocionantes” del trabajo, según Claire Tang, coautora del estudio. “Hemos sido capaces de demostrar no solo dónde se codifica la prosodia, sino cómo, al explicar la actividad en términos de cambios específicos en el tono vocal”, apunta la investigadora, para quien el reto ahora es saber cómo controla el cerebro el tracto vocal para producir sonidos con distintas intenciones.