Tal como publica la revista Cell Reports, la investigación que se ha llevado a cabo en modelos de ratón, “supone un paso más en la comprensión de por qué entre el 10 y el 15% de los pacientes humanos infectados con virus de Zika desarrollan ciertas patologías oftalmológicas”.
Michael S. Diamond y Rajendra S. Apte, autores principales del estudio, han confirmado que el virus puede infectar ciertas regiones específicas del ojo, como la córnea o la glándula lagrimal. Allí, el virus puede seguir replicándose fuera del alcance del sistema inmune.
Prueba de ello es el ARN viral hallado en las lágrimas de los roedores una vez el virus había sido eliminado. Además, los ratones desarrollaron conjuntivitis -observada en humanos adultos contagiados de Zika- en los 7 días posteriores a la inoculación del virus, así como inflamaciones en la úvea y el nervio óptico -síntomas menos frecuentes-.
Los investigadores están barajando las distintas rutas de penetración del virus, entre ellas la transmisión desde el cerebro a través del nervio óptico o la invasión mediante el cruce de la barrera sangre-retina. “La comprensión de las consecuencias de la infección ocular por virus se ha convertido en una gran preocupación por las implicaciones potenciales relacionados con la persistencia viral y la propagación”, admiten los autores.
“Este modelo proporciona una base para el estudio de la enfermedad ocular inducida, la definición de mecanismos de persistencia viral y el desarrollo de enfoques terapéuticos para las infecciones virales del ojo”, avanzan, “sin embargo, la confirmación tendrá que venir de la mano de estudios en humanos con esta infección ocular a largo plazo”.