La enfermedad ocular podría tratarse con el transporte de proteínas. Es, al menos, lo que se deduce de un estudio publicado en Cell Reports y recogido por Eurekalert. La investigación revela cómo las proteínas de las células nerviosas del ojo transmiten señales visuales a diferentes partes del cerebro. El Instituto de Investigación Scripps ha examinado esas proteínas con un detalle sin precedentes puesto que supone un primer paso para comprender y tratar la pérdida de visión por glaucoma, esclerosis múltiple o traumatismos.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades asegura que más de 3,3 millones de estadounidenses mayores de 40 años son legalmente ciegos. También pueden tener enfermedad ocular que no puede corregirse con las intervenciones de hoy. De hecho, Hollis Cline, copresidente del Departamento de Neurociencia de Scripps, recuerda que las proteínas suelen ser el objetivo de las drogas, por lo que si se desea diseñar una droga que ayude a la comunicación entre el ojo y el cerebro, es útil saber a qué proteínas se dirigen esas drogas.
Trabajo conjunto
Los laboratorios Cline y John Yates trabajaron estrechamente para etiquetar alrededor de 1000 tipos diferentes de proteínas que se originan en las células ganglionares de la retina del ojo y luego observar cómo y dónde viajan en un cerebro vivo. Las proteínas se transportan a través de axones neuronales, que son fibras nerviosas largas y filiformes que se extienden desde el ojo hasta el cerebro a través del nervio óptico. De hecho, Lucio Schiapparelli, autor principal del estudio, recuerda que el cerebro es un conjunto de arquitectura muy complicada. Por eso, es difícil de separar cada componente y estudiar las piezas individualmente.
Por otro lado, Cline dijo que tenía curiosidad por saber si tipos similares de proteínas viajarían a objetivos distintos dentro del cerebro. La retina proyecta proteínas en más de 30 áreas diferentes del sistema nervioso central, pero para el estudio, su equipo eligió evaluar los 2 objetivos principales: el colículo superior (analiza el movimiento en el campo visual y controla la cabeza y los ojos dirigidos a un objetivo) y el núcleo geniculado lateral (analiza la forma de los objetos que vemos y envía esa información a un área superior del cerebro, la corteza visual).
Autopista de información
“Desde el principio nos ha sorprendido encontrar proteínas en los axones del nervio óptico que todos pensaban que funcionarían solo en el ojo”, asegura Cline. Además, “estas proteínas están en el núcleo de una célula, pero las encontramos muy alejadas del núcleo, participando en alguna forma de comunicación”. Por tanto, este hallazgo ha impulsado una nueva investigación sobre cómo estas proteínas pueden influir en la salud y la enfermedad. Debido a que este tipo de proteína neuronal existe en otras partes del cuerpo, puede desempeñar un papel en otros trastornos de la comunicación de las células nerviosas, como la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth.
El nervio óptico es la autopista de información desde el ojo hasta el cerebro, que envía señales a diferentes destinos. El equipo descubrió que las proteínas similares no siempre compartían un destino común. Por el contrario, muchas proteínas se transportaron preferentemente a una región del cerebro, mientras que algunas se transportaron a todas las regiones estudiadas. “Comprender el transporte de estas proteínas fuera de la retina es esencial para comprender cómo funciona el sistema visual”, dice Cline. “Esto puede ayudarnos a estudiar qué sucede cuando una persona experimenta daño en los nervios y pérdida de visión, y con suerte nos llevará a tratamientos que pueden mejorar el transporte de proteínas y evitar que las células mueran”, concluye.