Tal y como recoge Renal & Urology News, los autores revisaron 17 ensayos controlados aleatorios que evaluaban intervenciones sobre la calidad de vida de los pacientes de cáncer prostático; participaban casi 2.000 hombres de 7 países.
Debido a la heterogeneidad de los trabajos, no fue posible hacer un metaanálisis. Del total de estudios, 8 incluían a pacientes sometidos a terapia de privación de andrógenos (TPA), para los que se recomienda realizar ejercicio para reducir los efectos adversos.
Por otro lado, 3 estudios se centraban en hombres sometidos a terapia de radiación y sendos artículos incluían a pacientes sometidos a vigilancia activa, prostatectomía radical y radioterapia más TPA. El resto hablaba de distintos tratamientos activos.
De acuerdo con los investigadores, la calidad de las evidencias era más fuerte en las intervenciones relacionadas con el ejercicio. Asimismo, en la mayoría de los trabajos sobre actividad física, los ejercicios de resistencia mejoraban significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Así, por ejemplo, una investigación de 2007 demostró que 8 semanas de ejercicio cardiovascular mejoraban la flexibilidad, la fuerza muscular, la fatiga, etc. Los italianos encontraron también pruebas de efectos beneficiosos en el humor de los hombres, cuya motivación fue “clave” para que el ejercicio tuviera éxito.