Estos tienen gran importancia pues regulan diversos procesos celulares, como la diferenciación, el crecimiento, el desarrollo o la apoptosis, y a menudo son utilizados como biomarcadores. Por este motivo, un grupo de investigadores mejicanos ha realizado un estudio, publicado en Elsevier, que revisa los mecanismos moleculares implicados en las vías de señalización de los genes BRAF y RAS en el cáncer de tiroides para proponer nuevas opciones terapéuticas.
Las alteraciones en 3 tipos de genes (oncogenes, genes supresores tumorales y genes de estabilidad) pueden provocar el desarrollo y mantenimiento del cáncer. Una mutación en un oncogén provoca que un gen que debería permanecer activo o inactivo, de forma natural, se active o inactive, de forma que desestabiliza el mecanismo celular normal.
Los resultados de la investigación vinculan las mutaciones en el gen BRAF con una respuesta deficiente al tratamiento con quimioterapia tradicional y con un mal pronóstico. Por este motivo, los autores consideran que la terapia molecular puede ser interesante en el cáncer de tiroides papilar. Especialmente, gracias al actual desarrollo de medicamentos que inhiben las vías de señalización de MAPK (RET/PTC/Ras/Raf/MEK/ERK).