L19-IL 2 es una combinación de un anticuerpo dirigido a los vasos sanguíneos tumorales y una citocina. En el estudio, se combinó esta inmunocitocina con tratamiento de radioterapia a ratones que padecían tumores colorrectales primarios. El tratamiento no solo indujo la eliminación de tumores, sino que evitó que se crearan nuevas neoplasias tras la inyección de células tumorales 150 días más tarde.
Nicole Rekers, investigadora del Centro Médico Universitario de Maastricht, en Holanda, explica la importancia del hallazgo: “La radioterapia daña el tumor creando una especie de vacuna específica para el tumor. Estimula el sistema inmune y garantiza que éste detecte si algo va mal. Lo que resulta único en nuestros últimos experimentos es que hemos sido capaces de crear lo que se conoce como efecto abscopal, por el que un tratamiento de radiación localizada también tiene efectos sobre otros sitios tumorales que se encuentren fuera de ese campo de radiación”.
El equipo de investigación ya ha comenzado un ensayo clínico en fase I-II en pacientes humanos con tumores oligometastásicos.