Para validar el nomograma, los autores utilizaron una cohorte de derivación de 493 pacientes con este tipo de cáncer orofaríngeo, un tumor conocido en estadio p16 y un historial de tabaquismo medido en número de cajetillas al año. Todos ellos fueron asignados al azar a 2 ensayos clínicos en fase 3. Para evaluar la radioterapia estándar, la radioterapia fraccionada acelerada y la adición de cisplatino.
El modelo obtenido se aplicó a una cohorte de validación de 153 pacientes con las mismas características que los anteriores. Para determinar si las distribuciones de supervivencia diferían entre los 3 grupos de riesgo, los autores utilizaron el modelo de Cox. Así, los nomogramas obtenidos tienen en cuenta:
- Edad.
- Estado civil.
- Nivel educativo.
- Estado tumoral.
- Existencia de anemia.
- Porcentaje de pérdida de peso.
- Puntuación en la escala de Zubrod.
- Historial tabáquico (en paquetes por año).
“Los nomogramas ofrecen la capacidad de personalizar las estimaciones de supervivencia para los pacientes, basándose en una serie de factores que son clínicamente relevantes”, resume la creadora del modelo, Carole Fakhry. Además, “estos nomogramas ayudarán a proporcionar estimaciones específicas para la estratificación del riesgo y las discusiones de pronóstico con los pacientes”, justifica la profesora del departamento de Otorrinolaringología de Cirugía de Cabeza y Cuello en la Universidad John Hopkins.