El trabajo buscaba determinar el comportamiento de PCA3 como biomarcador y compararlo con la calculadora de riesgo 3 del cribado aleatorizado europeo en cáncer de próstata (ERSPC RC-3).
En el estudio participaron 5.199 hombres de 40-75 años, a los que se realizó la prueba del antígeno prostático específico (PSA) y un tacto rectal. Se sometió a PCA3 a aquellos con un tacto rectal normal y PSA igual o mayor a 3 ng/ml. Se realizó una biopsia inicial a todos los que presentaron PCA3 mayor o igual a 35; el resto fue sometido a biopsia u observación de forma aleatoria.
Se testó con PCA3 a 838 hombres; la tasa de detección global de cáncer de próstata fue de 40,9% entre los positivos y del 14,7% entre los negativos en una mediana de seguimiento de 21,7 meses. Entre los positivos, se identificó cáncer en 115 varones a través de la biopsia inicial. En el grupo aleatorizado, se realizaron 256 biopsias y se objetivó cáncer prostático en 46.
Según los investigadores, si se hubiera seguido el corte de PCA3 igual a 35, la tasa de ahorro de biopsias potencial hubiera sido de 64,1% frente a la de 76,6% si se hubiera usado ERSPC RC-3.
Por su parte, la tasa estimada de falsos negativos de cáncer de próstata de alto grado se hubiera reducido un 37,1% (de 89 a 56 pacientes) al usar el PCA3. Asimismo, en caso de usar el corte 35 de PCA3 para no realizar biopsia inicial, se hubiera dejado de diagnosticar un 14,7% de cáncer y un 9,1% de cáncer clínicamente significativo, a un seguimiento medio aproximado de 2 años.