“Cada vez son más los jóvenes que acuden a consulta por problemas auditivos derivados del mal uso de los dispositivos electrónicos y la contaminación acústica”, advierte el doctor Iván Domènech. Además, los problemas de audición derivados del ruido son “mayores y más intensos en edades cada vez más tempranas”, asegura el otorrinolaringólogo en una nota de prensa, emitida con motivo del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, celebrado ayer, día 25 de abril.
“La utilización de dispositivos electrónicos para escuchar música, los altos niveles de decibelios en discotecas y bares o los novedosos sistemas de sonido en las salas de cine pueden causar lesiones irreversibles en el oído interno”, explica el especialista del Hospital Universitario Dexeus. Para contrarrestar el aumento, en los últimos 10 años, del número de jóvenes con principio de sordera, el especialista recomienda “controlar el volumen de los reproductores y evitar estar expuesto durante mucho tiempo a esos aparatos”.
Sin embargo, las nuevas tecnologías no son la única causa de sordera: la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no exponerse a ruidos de intensidad superior a 65 decibelios, pero el ambiente sonoro actual de las ciudades suele estar muy por encima de este nivel. “La mayor parte del tiempo no somos conscientes del ruido que existe a nuestro alrededor”, reflexiona Domènech. La exposición “casi constante” a un ruido de más de 70 decibelios puede derivar no solo en sordera; sino también en estrés, vértigos, náuseas o alteraciones del sueño, ejemplifica el otorrinolaringólogo.