“El propósito principal de esta guía es ayudar a los médicos a identificar pacientes con tapones de cerumen que puedan beneficiarse de la intervención de un profesional; promover la gestión basada en la evidencia y poner de relieve las necesidades y opciones de manejo en poblaciones especiales”, reza el texto presentado.
“Esta actualización es importante no solo porque forma a los profesionales en los mejores tratamientos contra el exceso de cera del oído, sino también porque recuerda a los pacientes que la salud auditiva comienza con sus propios hábitos de higiene”, defiende el autor principal de la guía, Seth Schwartz.
El otorrinolaringólogo del Virginia Mason Hospital & Seattle Medical Centern ha querido recordar, por ejemplo, “que la presencia de cerumen no es, necesariamente, sinónimo de suciedad, sino que, de hecho, se trata de una técnica de auto-limpieza del cuerpo, que ayuda a mantener el sistema auditivo a salvo de polvo y otras partículas pequeñas”, resume.
“Los pacientes a menudo piensan que para prevenir la acumulación de cera deben limpiarse los oídos con bastoncillos de algodón, trocitos de papel y otra cantidad inimaginable de cosas que la gente se empeña en meterse en el oído”, reflexiona Schwart, pero “en lugar de retirar el cerumen, lo están empujando hacia el interior del conducto auditivo”, señala el experto.
“Por no hablar de que cualquier cosa insertada en el oído puede causar graves daños en el tímpano y en el mismo canal, con consecuencias temporales o permanentes” continúa. Frente a este desconocimiento, los especialistas deben instruir a sus pacientes en otro tipo de métodos, como realizar movimientos mandibulares y de la piel circundante al oído.
De esta manera, contribuyen a mover de forma inocua el cerumen “viejo” hacia la parte exterior, donde puede eliminarse fácilmente durante, por ejemplo, una ducha. Entre otras directrices, la guía recomienda no tratar a sujetos asintomáticos o prestar especial atención a los pacientes incapaces de expresar los síntomas, como niños o adultos con deterioro cognitivo.
Las otoscopias son, según el documento, la técnica más adecuada para realizar seguimientos rutinarios a pacientes usuarios de audífonos. Así mismo, el texto recopila las últimas directrices en cuanto al uso de agentes cerumenolíticos y trata la importancia de la coordinación de la atención entre los distintos profesionales implicados, entre otros temas.