Según datos del estudio, que publica el Canadian Medical Association Journal y financia el National Institute for Health Research (NIHR), aproximadamente uno de cada 5 niños presentará una otitis media serosa alrededor de los 2 años de edad; de entre todos ellos, un 50% mejorará sin necesidad de tratamiento durante los 3 meses siguientes.
Sin embargo, la otra mitad acabará desarrollando una hipoacusia prolongada. El problema, según los autores, es que durante estos primeros meses el pediatra se limita a una “observación diagnóstica activa, pero no suele tratar la patología”.
Cuando el niño finalmente es derivado, el otorrinolaringólogo suele optar por tratamientos con antibióticos o descongestionantes nasales, “pese a que las revisiones sistemáticas han demostrado su poca eficacia”, denuncian.
“La cirugía con tubos de drenaje puede ser eficaz, pero es un tratamiento más costoso y que puede no ser adecuado para todos los niños”, matizan. Por todo ello, defienden, el dispositivo del globo nasal se presenta como una alternativa “barata, segura y oportuna” para los pacientes pediátricos.
Para probar dicha pertinencia, los investigadores llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorizado con 263 niños, de los cuales, 131 conformaron el grupo de atención habitual y 132, el de autoinsuflación. Estos últimos, utilizaron el globo nasal 3 veces al día durante un mínimo de un mes y un máximo de 3.
Al cumplirse un mes de tratamiento, el 47,3% de los niños que siguieron el método del globo obtuvo el diagnóstico de audición normal, mientras en el grupo de atención habitual solo en 35,6% se había recuperado. A los 3 meses, el primer grupo llegó a un 49,6% de mejoras, pero el segundo solo llegó al 38,3% de altas.
“Los efectos adversos, como las hemorragias nasales, fueron similares en ambos grupos”, señalan, si bien las infecciones de las vías respiratorias se produjeron con más frecuencia (15%) entre los pacientes usuarios del globo nasal.
Por todo ello, concluyen, “el globo nasal es una opción de tratamiento inicial que vale la pena, teniendo en cuenta la naturaleza normalmente ineficaz de otras opciones. La evidencia de su utilidad parece lo suficientemente fuerte como para justificar un uso mucho más amplio”.