Un estudio publicado en el BMJ el pasado mes de abril analizó a 23 recién nacidos en Pernambuco (Brasil) entre los meses de julio y diciembre de 2015. Todos ellos, excepto uno, habían nacido de madres con erupciones cutáneas durante la gestación, lo podría deberse a infección por virus del Zika.
5 de estos bebés fueron sometidos a una TC, a 7 se les hicieron 2 exploraciones de TC y RM, y solo uno fue sometido a una resonancia magnética. Los que tenían una TC mostraban calcificación cerebral, es decir, acumulación de calcio en el cerebro. El zika, se cree hasta ahora, destruye las células cerebrales y forma lesiones donde se deposita el calcio.
Los bebés afectados por el virus del Zika tienen el volumen del cerebro reducido, malformaciones del desarrollo cortical o ventriculomegalia, una condición en la que las cavidades cerebrales son más grandes. El Ministerio de Salud de Brasil dijo que el número total de casos confirmados y sospechosos de microcefalia era de 4.949. De todos ellos, 1.113 se confirmaron y 2.066 se descartaron.
A cada bebé se le diagnosticó de desproporción craneofacial durante el embarazo o parto. 6 de los niños dieron positivo a anticuerpos relacionados con el virus, y los 17 restantes cumplieron con los criterios oficiales para diagnosticar microcefalia. Otras causas infecciosas podrían ser: la toxoplasmosis, el citomegalovirus, la rubeola, la sífilis y el VIH, pero se descartaron.
María de Fátima Vasco Aragón, directora del equipo de investigación, declaró que el estudio mostró una serie detallada de casos de escáneres cerebrales en niños infectados por el virus del Zika. Como el estudio en Brasil es observacional, no hay conclusiones definitivas que extraigan resultados sobre el efecto del virus en el cerebro.
Salud Pública de Inglaterra ha aconsejado a las mujeres que retrasen los viajes no imprescindibles a las áreas con transmisión zika hasta que den a luz. También ha recomendado que eviten quedarse embarazadas durante un viaje por zonas con la transmisión del virus Zika activo y durante 28 días después de regresar a casa.