“Nos centramos en el sarampión como un ejemplo de los efectos que tiene la disminución de la cobertura de la vacuna en una enfermedad altamente infecciosa. Probablemente, esta sea la primera enfermedad infecciosa que cause brotes si la vacunación disminuye”, explica Nathan Lo, autor principal del estudio.
Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y del Baylor College of Medicine esperan que los resultados del estudio sean tenidos en cuenta por aquellos que toman decisiones acerca de la política de vacunación. Algunas regiones se sitúan en el 90-95% de cobertura de la vacuna contra el sarampión infantil, lo que podría producir un incremento muy grande de casos si continuara disminuyendo.
“Nuestro estudio es una alerta de lo que podemos esperar en los próximos años, pues las tasas de cobertura de vacunas continúan disminuyendo en 18 estados que permiten exenciones por creencias no médicas o filosóficas”, afirma Peter Hotez, investigador en Baylor. Este autor señala la necesidad de “asegurarnos de que todos los niños estén vacunados para eliminar esta enfermedad de la faz de la Tierra”.
Situación actual en EE. UU.
Los 50 estados pertenecientes a los Estados Unidos obligan a los niños a vacunarse antes de que realicen la inscripción en la escuela primaria o guardería. Sin embargo, los niños pueden ser eximidos de la vacuna contra el sarampión infantil por razones médicas. Además, 3 estados permiten que los padres no les vacunen por razones religiosas y 18 estados tienen exenciones por creencias personales.
Según recuerdan los investigadores, California eliminó sus exenciones religiosas y de creencias personales en 2015 tras un gran brote de sarampión que se originó en Disneylandia. En 2014, se produjo otro brote de 383 casos en una comunidad Amish no vacunada en Ohio y esta misma primavera en una comunidad de inmigrantes somalíes en Minesota.
Análisis predictivo
Para analizar las cifras de administración de la vacuna contra el sarampión infantil, los investigadores analizaron los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. Posteriormente, utilizaron un modelo matemático de predicción simulando 10.000 escenarios en los que el sarampión entraba en contacto con los niños a través de viajeros que regresaban a diversos lugares y que se relacionaban con tasas similares a las de años recientes.
Los costes se estimaron incluyendo solo el sarampión y no englobaron otras enfermedades infecciosas que pueden aumentar como consecuencia de una menor vacunación, como las paperas y la tos ferina. Asimismo, no incluyeron aquellos posibles casos de infección con probabilidades bajas y, a pesar de ello, “encontraron consecuencias considerables, tanto médicas como para la salud pública, de no vacunarse”, señala Yvonne Maldonado, autor del estudio.